Obsesiones de Carlos Tundidor

NARRATIVA

Novela aragonesa

Esperaré a que hayas muerto. Mira editores. Colección Sueños de tinta. Zaragoza, 2018. 478 páginas.

Tras varios libros de relatos, el autor -que coordina con Comuniter y el Matarraña el proyecto narrativo ‘Terra Vacua’- aborda la escritura de una novela larga, ambiciosa y de calado. Influido por vivencias de su juventud, como explicó en la presentación, ambientadas en los últimos años de la dictadura franquista, ha pergeñado un relato que transcurre a lo largo de cuatro décadas, en la pretensión de ser una suerte de fresco de nuestro país desde esos tiempos hasta nuestra más rabiosa actualidad.

El protagonista, Juan, se encuentra en nuestra ciudad, Zaragoza, a la espera de que muera una de las personas que muchos años atrás le torturó junto a otros cinco policías, todos ellos adscritos a lo que entonces se conocía como ‘la social’.

Nuestro hombre ha vivido con la obsesión de ver desaparecer a esos torturadores. Sus recuerdos, las conversaciones con el enfermo, la relación con la hija de éste y un muy documentado repaso a diversos avatares políticos suponen el nudo de esta ágil y por momentos trepidante novela, que finciona muy bien en su vertiende de ‘thriller’ y que deja traslucir el pensamiento ideológico del autor, con clara y evidente rotundidad.

Se nota que el autor conoce de primera mano los múltiples lugares donde se desarrolla la acción, y el lector lo agradece. Algo así como hacía en sus buenos tiempos el superventas Frederick Forsyth.

Cuando narra las andanzas de los policías tras el cambio de régimen asi como las pesquisas del protagonista, el lector puede disfrutar de su acertado ritmo casi cinematográfico, ya que el libro resulta en todo momento muy entretenido.

El apartado ideológico resulta más obvio. No se anda con ambages el autor. Está claro cómo piensa, está claro lo que quiere decir y lo dice con rotundidad y eficacia. Quizá hubiera venido bien algo más de sutileza en esa vertiente, pero no le quitaremos tristemente la razón quienes leemos la prensa diaria o vemos los telediarios. Y puede que la verdad aun sea más dura.

No falta el amor, bien dosificado y narrado. Un amor que acaba siendo una ventana abierta a la esperanza y que sublima al muy interesante personaje central de la novela, en el que no cuesta mucho descubrir muchas características del autor.

Estimo que Carlos Tundidor Diaus (Zaragoza, 1948) ha salido airoso de su ambiciosa empresa de 478 páginas, dando a la imprenta un libro francamente recomendable, que puede gustar tanto a los lectores del género negro como del político.

Fernando Gracia

HERALDO DE ARAGÓN

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