Guerras del agua: El Jordán y alrededores

1.- HIDROGRAFÍA DE LA ZONA.

a) JORDAN

b) AFLUENTES

c) RÍOS DEL MEDITERRÁNEO ISRAELÍ

d) LÍBANO, HIDROGRAFÍA

2.- PAÍSES IMPLICADOS

3.- ISRAEL/PALESTINA

4.- ACUERDOS DE OSLO

5.- SITUACIÓN HÍDRICA EN JORDANIA

6.- ACTUACIONES DE ISRAEL: carreteras del agua, reciclaje, acuíferos, pantanos, Golán

7.- PUNTOS DE FRICCIÓN DE ISRAEL:

a) Con Palestina

b) Con Siria

c) con Jordania

d) con Líbano

8.- CASO ESPECIAL DEL MAR DE GALILEA

a) Generalidades

b) Frontera con Siria. Montes del Golán

c) Aprovechamiento de Jordania

9.- EL AGUA Y EL “GRAN ISRAEL”

1.HIDROGRAFÍA

1.- Mapa Hidrografía de Palestina.

a) Jordán. Confluencia de tres ríos: Hasbani (Líbano), de 65 kilómetros de longitud y caudal de 4 m3/segundo, el Dan (Altos del Golán, Siria), que nace en la base del monte Hermón (1.400 metros), 20 kilómetros de recorrido y un caudal de 7 m3/segundo y el Banias o Hermón (Altos del Golán, Siria), nacido en la ladera meridional (fuentes primeras a 1.000 metros) del monte Hermón, longitud de 9 kilómetros y un caudal de 3,5 m3/segundo.

Si nos damos cuenta, los tres ríos primigenios del Jordán nacen en lugares fuera de la geografía de Israel y le aportan unos caudales muy importantes a la hora de entender los depósitos de Hermón y de Tiberíades (Galilea).   La longitud total es de 360 kilómetros. Ocupa la parte asiática de la fractura del Rift. Forma los lagos de Merom, Galilea y mar Muerto. Frontera entre Israel y Cisjordania con Jordania. Desemboca a 320 metros por debajo del nivel de mar. Afluentes: Yarkón, Yarmuk y Zarqa. Hasta el mar de Galilea, incluyéndolo, el agua es dulce. Pasado este, se saliniza rápidamente hasta el mar Muerto. Allí, es ocho veces más salino que el océano a causa de su carácter endorreico. La vida en esas aguas es imposible.

A 75 kilómetros del nacimiento se encuentra el primer agujero lacustre, el pantanoso lago Merom. Unos 25 kilómetros después, está el gran agujero del mar de Galilea. La anchura media es de 17 a 45 metros y la profundidad es de 1,5 a 3,5 metros. Caudal medio 16/18 m3/segundo.

b) Afluentes.

Río Yarmuk. Longitud: 140 kilómetros. Aporta, una parte importante del caudal del Jordán y la totalidad del canal rey Abdullah. Nace en los Druzos (Siria), a 1.650 metros de altura para desembocar a menos 200 metros. El recorrido es íntegro entre Siria y Jordania. Hace frontera entre Siria, Jordania e Israel. Su caudal medio es de 3 m3/segundo. A su vez, tiene numerosos uadis de curso irregular, el Ruggad desde Siria, y los wadis Al Shallalah, Wadiar Raggad, al Showmar, Al Ghadir, Al Abyad y Shaqq al Barid.

Río Zarqa. Río íntegro jordano. Nace en manantiales cercanos a Ammán, a unos mil metros de altura. Su longitud es de unos 100 kilómetros y su caudal medio es de 2 m3/segundo. El río atraviesa la parte más salvaje de Jordania, aunque está con un índice muy alto de contaminación.

c) Ríos del Mediterráneo israelí.

Río Yarkón. 30 kilómetros de longitud. Es el río de Tel Aviv.

Río Kishon. Desemboca en el Mediterráneo cerca de Haifa. Longitud, 70 kilómetros. Nace en la montaña de Gilboá.

Río Ayalón. Longitud, 50 kilómetros. Afluente del Yarkón, desaguando en las cercanías de Tel Aviv.

Río Habesor o Gaza. Es un uadi que desagua en la Franja de Gaza. Longitud, 80 kilómetros. Canalizado y entubado en su mayor parte.

Río Tanihim. Longitud, 25 kilómetros. El más limpio de los ríos de la costa.
Río Gaaton. Arroyo que cruza por el medio de la ciudad de Nahariya.
Río Alexander. Longitud, 28 kilómetros. Nace en las colinas de Cisjordania.
Río Na´aman o Belos. Desemboca cerca de Acre.
Río Hadera. Longitud, 50 kilómetros.
Río Sorek. Longitud 15 kilómetros. Desagua al sur de Jaffa

2.- LÍBANO. HIDROGRAFÍA.
Mapa hidrográfico del Líbano.

Río Litani. El río más famoso del Líbano por su cercanía al objetivo del “Gran Israel”. 140 kilómetros de longitud. Nace en el valle de la Bekáa y desemboca cerca de Tiro. También es el principal curso de agua del Líbano. Cuando gira al oeste se acerca, peligrosamente, a los altos del Golán, a 4 kilómetros de la nueva frontera israelí con la usurpación de estos montes. El caudal medio del Litani es de 28 m3/segundo. Su embalsamiento mayor es la presa de Qaraoun. Lago artificial de 11 km2. Está pensada para irrigar a 40.000 Ha de tierras de cultivo.

Río Orontes. El segundo curso de agua en importancia del Líbano. Es el río que “fluye al revés”. Nace en el valle de la Bekáa del Líbano y fluye hacia Siria desembocando cerca de Antioquía (Turquía), región reivindicada por Siria. El curso en el Líbano tiene una longitud de unos sesenta kilómetros. El caudal en esta zona de la Bekáa es de 13 m3/segundo. La superficie de cuenca total del Orontes es de 23.000 km2 y su caudal medio es de 30 m3/segundo.

Nah al Kabir. Frontera entre Líbano y Siria. 78 kilómetros de largo y nacido en el Líbano. Desemboca cerca de Trípoli.

Nah Abou Moussa. Arroyo de unos 16 kilómetros de longitud.

Nah Ibrahim o Adonis. Es el curso de agua más limpio del Líbano. Gran parte de su cuenca alta es Reserva de la Biosfera de Jabal Moussa. Su longitud es de 28 kilómetros tan solo, pero su caudal medio es de 16 m3/segundo. La superficie de su cuenca es de 330 km2. El nacimiento lo hace a una altura de 1.250 metros.

Nah al Hasbani. El río más importante de la confluencia de varios que forma el Jordán. Naced en Hasbaya y su curso es de 65 kilómetros antes de confluir con el Anias. El caudal es importante, 4 m3/segundo.

Nahr el Aouali o Bostrenos. Longitud de 48 kilómetros, nace a 1.492 metros de altura y desemboca en el Mediterráneo cerca de Sidón. En su desembocadura tiene un caudal medio de más de 10 m3/segundo.

Nahr el Kalb o río Lycos. Longotud 31 kilómetros. Nace a baja altitud en la gruta de Jeita. Desemboca al norte de Beirut. En verano, casi seco.

Nahr el Damur. Río de 38 kilómetros de longitud. Nace en las laderas del pico Jabal el-Barouk. Cerca de una reserva natural que alberga los cdros más grandes y antiguos del Líbano. Desemboca por Damur.

Líbano tiene un total de quince ríos principales.

 

3.- CONFLICTOS DEL AGUA EN LA ZONA. PAÍSES IMPLICADOS.

Es una zona con densidades importantes de población y con un estrés hídrico de manera general. Los países que se implican en los conflictos del agua, en absoluto solucionados por ninguno de los acuerdos, son Palestina, Siria, Israel, Líbano y Jordania. En una superficie conjunta de poco más de 300.000 km2, se apiñan 56 millones de personas. Si lo desglosamos por países y hacemos la salvedad de la parte desértica de Jordania (más de la mitad) y la zona de Siria que está afectada por esa hidrografía concreta, tendríamos menos de cien mil kilómetros cuadrados poblados por más de 35 millones de individuos. Eso nos daría una densidad media cercana a los 400 habitantes por km2 en esa zona en conflicto hidrográfico.

Israel: 21.000 km2 y unos 10 millones de habitantes.

Cisjordania y Gaza: 5 millones de palestinos en 6.000 km2

Líbano: 5,5 millones de habitantes en sus 10.500 km2

Jordania: 12 millones de habitantes en 89.000 km2. En cinco ciudades se concentran 10 millones de personas.

Siria: en sus 189.000 km2, unos 23 millones de habitantes. El 60% de esa población se concentra en cuatro ciudades, Damasco (4,7 millones), Alepo (4,8 millones), Homs y Hama con algo más de 1,5 millones cada una.

 

4.- ISRAEL/PALESTINA

El principal problema de corte moral es que Israel se ha negado a ceder derechos sobre el agua a la Autoridad Nacional Palestina.

El caudal medio anual de los tres ríos libaneses o sirios que conforman el Jordán israelí es de 500 millones de metros cúbicos. Es decir, de entrada, ese caudal pertenecería a reservas libanesas o sirias. Son 500 Hm3 lo que es una cantidad importante.

El problema del agua viene del origen del establecimiento artificial del estado de Israel. El último día de la guerra de los 6 días, el ejército israelí invadió el pueblo de Banias, la prioridad era el control de las fuentes de agua. Un poco más tarde, en 1981, los Altos del Golán fueron anexionados ilegalmente por Israel. Dos causas principales: el dominio de las alturas esenciales para un futuro conflicto sobre tierras libanesas o sirias. La otra causa es el control de las aguas primigenias del Jordán.

El recurso hídrico más importante de la región, luego de la cuenca del Jordán, es el acuífero de la montaña que se recarga en Cisjordania por infiltración de agua y nieve. Compuesto por tres acuíferos, su producción está en una media de 700 millones de m3.

 

A pesar de comparar cifras entre las extracciones de agua por pozos en los acuíferos que, en realidad, son cisjordanos, como toda Cisjordania está ocupada militarmente por Israel las comparaciones son odiosas. En la cuenca Este, el consumo por parte de Israel es de 154 millones de m3 mientras que el permitido para los palestinos es de 48 millones de m3. En el acuífero Noroeste, 25 millones van para la parte palestina mientras que los israelíes se llevan 150 millones de m3 al año. Por último, en el acuífero Oeste, el más importante, la capacidad de extracción palestina es de 26 millones de m3 y los judíos extraen 404 millones de m3. En total, los palestinos aprovechan 100 millones de m3 al año y los israelíes lo hacen con más de 700 millones de m3. Siete veces más siendo que no son, ni mucho menos esa proporción en habitantes y que, además, los acuíferos están en Cisjordania.

En todo caso, el acuífero se sobreexplota con, al menos, 100 millones de m3 al año de más. En otros ejemplos la disparidad de consumos y repartos del agua es mucho mayor entre la población palestina de Cisjordania o Gaza y el territorio de Israel. Hay asentamientos judíos cuyo consumo diario está entre 500 y 700 litros. En las poblaciones palestinas, los consumos oscilan desde los 200 litros cuando más hasta los 22 litros por día de Al-Hididiyya. Es cierto que los consumos judíos atienden los usos domésticos, industriales y agro-ganaderos mientras que los palestinos, por su especial atraso obligado, solo se basan en los domésticos

Es en la Franja de Gaza donde más se sufre la escasez de agua. El clima es similar al de Cisjordania con una precipitación de 400 mm al año. No hay ríos estables, solo barranqueras y ramblas torrenciales. El agua proviene del acuífero costero que transcurre, parcialmente, por territorio israelí. El agua que Israel autoriza extraer no alcanza más que para regar el 45% de las tierras cultivables. No obstante, el acuífero se sobreexplota de manera ilegal. Puede que exista un número de 5.000 pozos para sacar agua, la mayoría para uso agrícola. Esto conduce a la salinización del acuífero por superar la capacidad de recarga. De este mismo acuífero, Israel extrae tres veces más la de los palestinos y el agua para consumo doméstico gazatí ya no es potable.

El 90% del agua del Jordán se encuentra distribuida entre Israel (10%), Jordania (40%), Siria (37%) y Líbano (4%). Pese a esta distribución de origen, Israel consume cerca del 60% de esta agua, Jordania lo hace con un 26%, Siria con el 13% y Líbano con 0,5%. La Palestina ocupada tiene los accesos al río cortados.

 

5.- LOS ACUERDOS DE OSLO Y DE 2024

En 1994 Israel y Jordania acordaron almacenamientos y regulaciones sobre el río Jordán y el Yarmuk con consecuencias para ambos estados. Un años después, en Oslo, se reconoció el derecho del pueblo palestino al acceso del agua en Cisjordania. El tratado es papel mojado puesto que, treinta años más tarde, los palestinos siguen sin tener derecho a los cauces de los ríos, por supuesto, al del Jordán.

Respecto al reparto sobre el acuífero de la montaña en esos acuerdos, ni siquiera si se cumplieran, que no se hace, los palestinos tendrían cubiertos sus derechos al agua. En esos acuerdos se repartían así:

Acuífero del Oeste: Israel, 340 millones de m3 al año y Palestina 22 millones de m3 anuales.

Acuífero del Noroeste: Israel, 103 millones y Palestina 42 millones.

Acuífero del Este: Israel 40 millones de m3 y Palestina 54 millones.

Anteriormente, hemos visto que la realidad era la de Israel llevarse 700 millones de m3 en vez de 480 millones y los palestinos 100 millones de verdad en lugar de 116 millones.

Es verdad que el río Jordán, hoy en día, es incapaz de abastecer las demandas hídricas de los cinco países que se lo disputan. La explotación indiscriminada de sus caudales ha conseguido que se vea reducido año a año, que se contamine cada día más y que el nivel de agua del Mar Muerto se vea reducido cada año con el aumento de la salinización y la desertización.

Pero no es menos verdad que es Israel, con su avasalladora potencia militar, quien hace y deshace sobre el reparto de las aguas. Y el nivel de equilibrio es de chiste, claro.

En 1994 el tratado de paz israelí-jordano establecía la regulación del río Yarmuk (íntegramente en territorio jordano) mediante la presa de Addasiyeh que derivaba agua tanto para el canal Abdullah en Jordania como para el aporte de aguas en el mar de Galilea y, posteriormente, la presa de Al-Wehda.

Jordania considera que Siria ha incumplido el acuerdo bilateral de 1987 al construir más presas de las que se acordaron en los uadis tributarios y, sobre todo, en el Ruqqad.

En 2024, se establecieron acuerdos sobre el agua entre Jordania e Israel. Por ellos, Jordania recibió una cantidad de 100 millones de m3 ese año duplicando la cifra de los acuerdos de 1994. A cambio, Jordania exportó electricidad a Israel. La prórroga de ese acuerdo pende de un hilo debido a la guerra de Gaza.

Jordania es el país de la zona con más estrés hídrico. Hace poco, los dos países firmaron otro acuerdo de colaboración mediante el cual Jordania construiría una planta solar de 600 MGW para exportar a Israel y, a cambio, se construiría en la costa israelí una planta desalinizadora con capacidad de 200 millones de m3 anuales para enviar a Jordania. Estos planes se interrumpieron con la guerra de Gaza.

Una parte del problema hídrico jordano es la mala gestión. Extrae más agua de la que se renueva de pozos subterráneos y causa deterioros en la calidad que se comportan como mecanismos exponenciales. Solo dos de las doce cuencas hídricas del país están en buenas condiciones y el porcentaje de almacenamiento en las presas es solo del 19%.

 

6.- SITUACIÓN HÍDRICA EN JORDANIA

De los cinco países, si excluimos a Palestina porque ni pincha ni puede cortar al ser país invadido, la peor situación en el tema del agua es la de Jordania.

La escasez se intentó paliar con la construcción de presas. Las cinco más grandes son:

Presa de Al-Wehda en el río Yarmuk a la altura de la frontera con Siria. Tiene una capacidad de almacenar de 115 millones de m3. Es decir, 115 Hm3. Es una de las principales fuentes de agua potable y producción de energía eléctrica.

Presa de King Talal. Regula el uadi Mujib. Puede almacenar 55 Hm3. Utilizada para la producción de energía.

Presa de Al-Karak. En el río Karak y con capacidad de almacenar 17 Hm3 de agua.

Presa de Al-Hasa, sobre el río Zarqa. Puede almacenar 25 Hm3 con vistas a la producción de energía, de agua potable y de riego.

Presa de Al-Mujib, en el río Zarqa que puede almacenar 20 millones de m3.

Jordania es uno de los países más áridos del mundo. Se estima que, con sus recursos, podría atender las necesidades domésticas, agrícolas, ganaderas e industriales de una población de 2 millones de habitantes. Con la afluencia de refugiados palestinos y sirios, su población es de 12 millones. Sus posibilidades hídricas son de 1.800 millones de m3 al año, 1.800 Hm3, lo que da para una disponibilidad media anual por habitante de 150 m3. Cuando, según la ONU, esta disponibilidad no debería estar por debajo de 500 m3 al año por habitante. Por debajo de esta cifra se definiría el país como escasez absoluta de agua.

Una posible solución es recurrir, todavía más, a nuevas fuentes de agua. Desalinizadoras en el mar Rojo con una producción de 80 millones de m3 al año, proyecto que existe, aunque las consecuencias sobre la salinización del mar Rojo son elevadas o recurrir al acuífero de DISI. De ese acuífero, con agua desde hace 25.000 años en su interior, se extraen, actualmente, 90 millones de m3 al año. Hay un proyecto para extraer otros 100 millones más. Como su capacidad de regeneración es de 50 millones de m3 al año, se estima que el acuífero duraría unos 50 años. Es decir, la capacidad del acuífero, en estos momentos, se estima en 7.500 millones de m3. Es decir, 7.500 Hm3. Lo malo es que agotarían el acuífero y que la posible avaricia en sacar más y más, podría hacer que el tiempo de agotamiento fuera mucho menor.

Todo esto, teniendo en cuenta que, en buena lógica, Jordania debería tener acceso a las disponibilidades de agua en las fuentes del Jordán, en el lago de Galilea y en los aprovechamientos conjuntos de la zona. Y es Israel quien más se aprovecha.

7.- SITUACIÓN HÍDRICA EN ISRAEL. ACTUACIONES.

Israel, a pesar de su prepotencia en el tema del agua, avalada por su poder militar, también tiene la escasez de agua es un factor determinante. Las precipitaciones se limitan a la estación invernal y disminuye de norte a sur, en el Neguev las lluvias son constitutivas de desierto, y de oeste a este. Las montañas de Judea son lugares en los que la lluvia es escasísima.

Como en cualquier lugar en donde el agua es escasa, el tratamiento de ella para las disponibilidades se debe hacer en base a dos premisas. Una, el agua de ríos, manantiales o inundaciones debe de ser recolectada y trasladada a los lugares con necesidades. Dos, el excedente de los años lluviosos ha de ser recolectado.

El desarrollo agrícola de Israel se da en el Neguev. Territorio semidesértico, pero apto por la extensión y la baja densidad de población para las necesidades agrícolas. En Israel, el sector agrícola es el gran consumidor de agua. Por lo tanto, la cantidad asignada al riego está sujeta a una serie de restricciones, pero con el uso prioritario de eficiencia. Los sistemas de riego por goteo se establecieron por ley en un caudal inferior a 16 litros por hora. El gotero suministra el agua, directamente, a la raíz de la planta así que las pérdidas son mínimas. No solo eso, todo tipo de cultivos son irrigados con aguas servidas anteriormente y tratadas, Hasta el 80% de las aguas residuales son tratadas y reutilizadas.

Existen unos 250 puntos de almacenaje para el agua, cada año, estos reservorios agregan unos 260 millones de m3 a la economía del agua en el país. Las aguas residuales tratadas son consideradas una parte de los recursos hídricos del país. Los recursos de agua dulce al año “nueva”, están en torno a 2.000 Hm3. Y son explotados hasta el límite. El consumo de agua doméstica en Israel está en torno a los 80 litros por habitante y día. Esto nos da un consumo global anual de unos 300 millones de m3.

La eficiencia del agua en Israel es un arte y el objetivo para 2025 es reciclar el 95% de las aguas residuales para la agricultura y conseguir, de esta manera, un excedente de agua potable.

Pero la “producción” de agua potable sigue y las plantas desalinizadoras, siete en total a la fecha, producen 850 millones de m3 al año, estando previsto que en el horizonte del 2030 lo hagan con una cifra de 1.100 millones.

Una sola planta, la de Shafdan, la más grande de Israel, trata casi medio Hm3 al día de aguas residuales y devuelve a las granjas del Neguev 140 millones de m3 al año de agua limpia. Solo esta planta de recuperación es capaz de abastecer el 60% del agua que necesita la agricultura del Neguev.

Hay que remontarse a 1953 para hablar de proyectos en Israel del desvío de las aguas del Jordán. Hay que entender que es un río que vertebra la zona y que, por lo tanto, es patrimonio de Israel, de Jordania, de Siria y del Líbano además de Palestina. En 1964, Israel hace operativo el desvío para llevar agua al Neguev a través de su acueducto nacional. En 1965, los estados árabes, como consecuencia de la oposición a tal proyecto, proyectan el desvío de las aguas de los tres ríos de cabecera que dan origen al Jordán, el Dan, el Banias y el Hasbani, de manera que no entrara esa agua en el río Jordán ni en el mar de Tiberíades. Ese desvío de caudales habría afectado en un 35% de menos en el caudal del Jordán. Israel atacó en 1965 el proyecto en Siria en tres ocasiones hasta que se tuvo que abandonar.

No solo eso, para prever futuras consecuencias, Israel capturaría para anexionárselos los Altos del Golán, el nacimiento del Banias, controlar y ocupar Cisjordania, el Jordán al completo y la ribera norte del Yarmuk. Jordania, en cambio, perdió el acceso al agua del Jordán y Siria el acceso a las aguas del Banias además de los estratégicos Altos del Golán.

El acueducto nacional tenía como objeto el transporte del agua que “sobraba” a la desértica región del Neguev, reservorio agroganadero del país. Esta autopista del agua es una combinación de tuberías subterráneas, canales al aire, túneles que transportan unos 1.700 millones de m3 de agua al año.

Dejando al margen las consideraciones de rapiña, la eficiencia de Israel en materia de agua es máxima.

8.- PUNTOS DE FRICCIÓN DE ISRAEL

a) Con Palestina.

El punto de fricción más importante no es el del agua, con todo ser crucial. El motivo de las fricciones que el estado de Israel tiene con los palestinos es el robo de algo tan fundamental como es el territorio. Más de las tres cuartas partes que, ahora, está bajo la bandera del estado judío son, originariamente, expolio a los palestinos a lo largo de tres cuartos de siglo. Palestina, actualmente, no tiene ni territorio ni estado ni derechos. Para colmo, el último conflicto ha derivado a un auténtico genocidio en el que el estado sionista-nazi de Netanyuhu ha cruzado cualquier línea roja imaginable y ha convertido una guerra en una masacre planificada, que eso es el genocidio.

En todo caso, circunscribiéndonos al tema del agua, la actual Cisjordania, el resto último de las rapiñas del estado judío, es un territorio ocupado militarmente, sin derechos y sin el acceso al agua de una manera independiente. El agua se la concede, graciosamente, Israel de una forma cicatera y a voluntad. A pesar de acuerdos y tratados, el tema del agua lo convierte en un instrumento de guerra que da o quita. Y si la da, la da con una cicatería tal que es como si la estuviera quitando. Anteriormente, los números lo han dicho todo. En teoría, el agua de toda Palestina, la que le correspondiera teniendo en cuenta a los otros tres países en litigio, debería ser mitad y mitad. Más tarde o temprano, solo habrá dos soluciones: el genocidio completo de los cinco millones de palestinos que viven, todavía, en Gaza y Cisjordania acompañado por una deportación masiva bajo la mirada complaciente del llamado Occidente. O una guerra final y salvaje de impredecibles consecuencias a causa de muchos motivos, entre ellos el del agua.

b) Con Jordania.

La potencia militar de Israel avasalla y logra que el tema del agua sea, también con Jordania, aunque de otra manera, una dádiva. La red hidrográfica demuestra que el caudal del Yarmuk y del Zarqa tengan una incidencia muy notable en los caudales del Jordán y, en consecuencia, de los caudales posibles para el consumo del agua. Pese a ello, el acceso al agua de la red hidrográfica es mucho menor en Jordania que en Israel. Mucho menor que el que le correspondería. Luego está el tema de la eficiencia y de la gestión. Es verdad que la de Israel es muy buena y la de Jordania muy deficiente. Pero ese es otro tema. Para los años próximos, la posibilidad de “merendarse” el acuífero de Disi y que esta merienda dure medio siglo aplacará las fricciones entre los dos estados. Pero, al cabo de cuarenta, cincuenta años, el panorama del agua en Jordania será peor que el actual y no habrá acuíferos a la vista. Será peor y la sed devora cualquier posibilidad de entendimiento.

c) Con Siria.

Siria es un país semidesértico en la mitad de su territorio. El problema del agua les afecta y mucho puesto que la población se concentra en cuatro o cinco áreas metropolitanas. La anexión a la fuerza de los Altos del Golán agranda la escasez de agua en la zona, precisamente la más cercana a la metrópoli de Damasco con cinco millones de habitantes. Las aguas del Dan y del Danias están anexionadas a la fuerza y el Orontes no tiene la capacidad, él solo, de resolver la escasez de agua para el país. Es verdad que a Siria la atraviesan dos grandes ríos, el Éufrates y el curso del Tigris que hace frontera con Turquía, pero los problemas de esos dos ríos vienen precedidos por roces importantes con Turquía, ya que es de allí de donde vienen.

Siria, en la región costera, disfruta de precipitaciones importantes, una horquilla entre 750 y 1.200 mm al año. En cambio, la estepa que rodea a Damasco, solo tiene 200 mm de agua al año. En el sureste, las precipitaciones anuales bajan hasta los 100 mm que convierten estos amplios territorios en paisajes semidesérticos. Solo los ríos Éufrates y Jabur proporcionan agua a las zonas norestes que disponen de una menguada pluviometría media sin que llegue a cantidades superiores a los 200 mm Esa pandémica escasez de agua se ve agravada por las sequías cada vez mayores y más largas, por el descenso del nivel de las aguas subterráneas y la disminución de caudales de los ríos que transportan agua.

La crisis del agua en esta zona tiene dos causas. La crisis climática que deriva en sequías continuadas y la segunda es que no llega suficiente agua desde Turquía por el Éufrates. Embalsado en la parte turca por la presa de Atatürk, Turquía se comprometió a dejar pasar una media de 500 millones de m3/segundo. Las medias actuales no pasan de 200 m3/segundo. Insuficientes por completo para las necesidades.

En la región de Hasaka, en su día llamada “la cesta del pan de Siria”, la situación de la escasez de agua es crítica. Mucho más desde que Turquía ocupó militarmente Ras al-Ayn y el control de Alouk para, supuestamente, crear una zona de amortiguamiento con vistas a las tensiones con el PDK, el partido del Kurdistán y las facciones del ISIS. El acceso al agua de los habitantes de estas regiones es escaso y caro. Para sus habitantes, el agua doméstica equivale a un gasto de una cuarta parte del salario.

A pesar de que por Siria discurren los principales ríos del Oriente Medio, Jordán, Tigris y Éufrates, además de poseer los grandes acuíferos de la zona, su escasez de agua es tan evidente que ya originó una guerra por este elemento, la de los seis días de 1967.

La reducción de caudales en el Éufrates y la apropiación militar ilegal de los Altos del Golán son dos causas fundamentales para otra guerra del agua que terminará estallando de nuevo. Por la parte israelí o la turca. Dos terceras partes del consumo de agua en Siria viene dado por los caudales del Éufrates y del Tigris que no cesan de bajar. La otra tercera parte viene de los aportes del río Yarmuk que, aunque está represado y aprovechado por 21 presas en el territorio sirio, son insuficientes tanto para el consumo hídrico como para que el río sea sostenible.

d) Con Líbano.

El Líbano, pese a ser un país pequeño, tiene cuatro zonas claramente definidas: la zona costera, la cordillera del Líbano, la del Anti-Líbano y el valle de la Bekaa. Tiene 17 ríos perennes en su interior. La descarga anual de lluvia al año es de 2.800 millones de m3 de media. La cadena montañosa central es el origen de catorce de ellos que fluyen hacia el Oeste. Tres ríos atraviesan sus fronteras: el Orontes que fluye hacia Siria, el Hasbani, una de las fuentes del Jordán y el río El Kebir que comparte con Siria.

El aprovechamiento del agua se plantea así: un 40% de aguas subterráneas, otro 40% de los ríos y el 20% restante de las represas. Por sectores, aproximadamente un 10% se dedica a la industria, un 35/40% al agua potable para lo doméstico y poco más del 50% para la agro-ganadería. Hay una parte importante de los recursos hídricos que, a causa de la mala gestión o insuficiencia de infraestructuras no se aprovecha.

El río más largo del Líbano, y el más ambicionado por Israel, es el Litani de 145 kilómetros de longitud. Nace y fluye por el valle de la Bekaa hacia el sur y el Oeste. El otro gran río de la Bekaa es el Al-Assi de 51 kilómetros de largo. Entre los dos, su volumen de agua y de cuenca hidrográfica es mayor que la suma de los otros quince ríos.

Solo hay un lago de agua dulce, el Qaraoun, realmente, un embalse del Litani, es el depósito más grande de agua del país con una capacidad de unos 200 millones de m3. Genera, también, una parte importante de la energía hidroeléctrica del país. Como curiosidad, el 5% de la superficie total del país, unos 500 km2, están declaradas como Reserva de la Biosfera de Shouf.

Una cantidad muy importante de sus 5,5 millones de habitantes actuales son inmigrantes palestinos y sirios.

Esta abundante inmigración, fruto de las guerras de la zona, contribuye a una densidad por encima de sus posibles actuales de agua. En comparación, el Líbano tiene abundantes recursos de agua dulce y, sin embargo, el país experimenta un gran estrés hídrico y escasez de agua potable. La estimación oficiosa del consumo de agua doméstica por persona y año era de unos 160 litros antes de la pandemia. En la actualidad, casi dos millones de personas no llegan a 35 litros al día de media. Este raquitismo en el consumo se debe, en gran medida, a la crisis de la energía, la escasez de electricidad hace imposible el bombeo del agua potable.

Uno de los problemas importantes es la deficiente infraestructura, una cifra muy próxima al 50% del agua potable se pierde por fugas. Otro, el mayor, es el escaso tratamiento de las aguas residuales. En el territorio del valle de la Bekaa, la zona más limpia, en el aspecto del agua, del país, tan solo se trata poco más del 10% de las aguas residuales. Los sistemas de agua dulce del Líbano son muy vulnerables a la gran variedad de descargas de desechos no controlados y que van a escorrentías: hospitales, fábricas de papel, de remolacha, aceites, pesticidas…

Las soluciones pasan, además de por mantener una paz duradera en la zona, por el tratamiento de las aguas residuales, por el control de los desechos, por el abandono de pesticidas, por la eliminación de las causas que logran la alta contaminación de sus ríos y acuíferos. Después, por el adecuado transporte y bombeo del agua dulce gracias a incrementar la producción de energía, en tercer lugar, por el mantenimiento de tuberías. En último lugar, creando depósitos nuevos de aprovechamiento de sus caudales perennes.

Como cuestiones concretas, la ampliación del lago Qaraoun que ampliara el regadío de 40/50.000 Ha. en la zona del sur de la Bekaa y establecer alguna planta desalinizadora.

Las fricciones más importantes en el tema del agua las tienen con Israel. Por una parte, el conflicto bélico que lleva, cíclicamente, a la destrucción del sur del Litani y, en general, de todo el país. Por otro lado, la ambición del estado de Israel por controlar el territorio del sur del Litani.

9.- CASO ESPECIAL DEL MAR DE GALILEA

  1. Características.

El mar de Galilea es un depósito tectónico lleno del agua del Jordán en la falla del Rift. Afecta, de forma más o menos directa a Israel, hoy, el único beneficiado, al Líbano, Siria, Jordania y, evidentemente, a Palestina que es gran convidado de piedra de estas cuestiones del agua en la zona.

Es uno de los grandes depósitos de agua dulce de la zona. Su forma es ovalada, con una longitud máxima de 21 kilómetros y una anchura, también máxima, de 12. Su profundidad máxima es de 48 metros, la media es de 26 metros y está a una altura de 212 metros bajo el nivel del mar. Desde el citado mar de Galilea, el Jordán continúa hasta los 430 metros por debajo del nivel del mar en el Mar Muerto. Su perímetro es de 53 kilómetros y la superficie tiene un total de 166 km2. Muy apreciable para las dimensiones de los países en la zona.

Este lago es el que surte, mediante canalización de sus aguas, irrigación a los cultivos del Neguev con el 30% del consumo de agua potable y de riego para el total de Israel.

El tiempo de llenado del lago con los aportes del Jordán y de las lluvias es de 5 años. La superficie de cuenca es de 266 km2 y la capacidad del embalse es de 4 km3 o lo que es lo mismo 4.000.000.000 de m3. El área drenada corresponde a territorios de Israel, Líbano y Siria y tiene una superficie de 2.730 km2.

  1. Frontera con Siria. Altos del Golán.

Loa llamados Altos del Golán abarcan un área de unos 1.800 km2, de los cuales 1.200 están bajo ocupación militar de Israel. Aunque el 8 de diciembre de 2024, aprovechando la caída de Bashar al-Assad, Israel ocupó otra zona de los altos sirios de Golán, incluyendo bases militares y la cima del monte Hermón.

Israel invadió y ocupó este estratégico territorio durante la guerra de los seis días y del Kippur. El Consejo de Seguridad de la ONU lo considera, unánimemente, territorio ocupado. Entre los objetivos sionistas del Gran Israel no está la de devolver territorios ocupados militarmente, mucho menos este por tres causas.

Estratégicas: Es la zona más elevada de Siria. Desde allí, Damasco se tiene a la vista y bajo el fuego de los misiles israelíes.

Económicas: Es una zona en la que se ha prospectado petróleo y mucho.

Hídricas: Es una zona en la que nacen un sinfín de manantiales y de ríos que engrosan al Jordán y al mar de Galilea. Con esta zona militarmente ocupada, todo el perímetro del mar de Galilea es de uso israelí. Con estos Altos, Siria tendría el control de la mitad del lago además de los varios ríos y manantiales (más de 200) que aportan agua al Jordán en una cantidad no inferior al 30% de sus caudales. En los últimos 40 años de ocupación, los israelíes han extraído más de 12.000 millones de m3 de agua de los pozos profundos que conectan con acuíferos.

  1. Jordania.

Aunque Jordania no le “toque” nada del mar de Galilea, una parte del río Yarmuk, vital en los caudales del Jordán sí. El Yarmuk se puede decir que es un río íntegramente jordano y, sin embargo, mucha parte de su caudal no es aprovechado por Jordania.

  1. EL AGUA Y EL GRAN ISRAEL.

Para entender los varios conflictos que existen en Oriente Medio, todos con epicentro en Israel, hay que hablar antes del concepto sionismo contraponiéndolo al de estado de Israel.

Un estado, sea aconfesional o no, es un ente físico en el que viven una serie de personas que pueden tener en común muchas cosas, pero no, exactamente, la raza o la religión. Israel, en teoría, es un estado más en el que viven, o podrían hacerlo, judíos, árabes, palestinos o gentes de otras nacionalidades y, sigo con la teoría, con mismos derechos y deberes. Actualmente, eso no es así puesto que una buena parte de las personas que están dentro de sus fronteras, o dentro de las de territorios que se comportan como anexionados u ocupados militarmente, están en régimen de “apartheid”. Son los palestinos en Cisjordania, en Gaza y en el propio estado de Israel, los sirios en los Altos del Golán o los libaneses del Litani.

Pero dejando este enorme detalle al margen, en el estado de Israel podrían vivir judíos, religiosos o no, árabes, religiosos o no, y de otras nacionalidades. Evidentemente, igual que en el resto del planeta.

El sionismo es un concepto ideológico y pan-nacionalista. Aboga por un “Gran Israel”, una gran patria judía en donde resida el “pueblo elegido por Dios”. Concepto religioso que deja claro que el resto del mundo, los gentiles, no son elegido y son de un nivel inferior.

Sionismo y nazismo tienen muchos puntos parecidos. Las dos filosofías abogan por criterios análogos en cuanto al propio concepto de pueblo-raza elegida. Los dos se mueven por criterios expansionistas, la Alemania nazi por la “Gran Alemania”, el sionismo judío por “El gran Israel”. El sionismo, simbolizado en Israel por Netanyahu y su equipo, desea expandirse, definitivamente, por los territorios de Cisjordania, Gaza, Líbano, el Golán sirio e, incluso, por zonas concretas jordanas y egipcias. Sueña con el “Gran Israel” de Salomón en el que parte del Sinaí y de la actual Jordania, además de las zonas ocupadas militarmente, constituían Judea.

Explicado esto, entenderemos mejor las fricciones por el agua. La zona en fricción está en un punto del globo seco y con escasez de agua. Mucho más motivo para ocupaciones de lugares con cierta abundancia de agua. Por lo tanto, no retrocederán, sabiéndose árbitro militar y gendarme de la región, ante las guerras si con ello se anexionan territorios. Estos son los comentados, casi todos en su poder en la práctica salvo los dos mil kilómetros cuadrados al sur del Litani.

La intención del sionismo está clara: expulsar a los palestinos de Cisjordania y anexionarse los cinco mil km2 del extinto proyecto de estado palestino. Dos millones más de palestinos pasarían a la categoría de refugiados en los campamentos de Jordania, Líbano o Egipto. Incluso con ayudas en dólares a sus gobiernos. Quedaría en Israel una cantidad exigua que sirviera de mano de obra barata y sin demasiados derechos. Seguir, definitivamente, con los Altos del Golán apropiados en las guerras anteriores. Incluso con la zona invadida en diciembre de 2024, de unos mil km2 más, cuando el estado sirio se desplomó. Ese terreno iría a la talega sionista a perpetuidad, no los devolverán, al menos, esa es la intención. Expulsar a los palestinos de Gaza para otra nueva anexión en la práctica, máxime con el caramelo de las inmensas bolsas de gas descubiertas en la zona marítima perteneciente a Gaza. La última guerra con Hezbolá en el Líbano no les salió como querían y tuvieron que dejar de lado la invasión del territorio hasta el río Litani, que era, y es, lo que ambicionan. Algo que sigue en barbecho y no olvidado.

CONCLUSIONES

La zona tiene todos los números para que, más pronto que tarde, se desarrollen auténticas guerras del agua, larvadas ahora por los conflictos sociales palestinos. Los puntos conflictivos son:

  1. Demasiados habitantes en un entorno muy pequeño.
  2. Escasez de lluvia y de agua en la zona. Agravado por el cambio climático.
  3. Aprovechamiento descarado, vergonzoso y sostenido del agua por el poder militar de Israel, en perjuicio de los otros cuatro países de la zona.
  4. Nudo conflictivo especial del Mar de Galilea
  5. Autopistas del agua construidas por Israel en contra de los criterios de los otros países.
  6. El aprovechamiento íntegro del Jordán a favor de Israel.
  7. Los altos del Golán: “casus belli” perpetuo.
  8. La inexistencia, en cuanto a derechos, de Palestina y de los palestinos.
  9. La debilidad política, económica y militar de los países implicados fuera de Israel.
  10. Aprovechamiento integral del agua por parte de Israel que contrasta con la mala gestión en cuestión de las residuales y los desechos de los tres países implicados además de Israel.
  11. Aprovechamiento insostenible de los acuíferos de la zona, sobre todo por parte de Jordania e Israel en las zonas ocupadas.

 

PUNTOS CLAVE DE LA CONFERENCIA:

  1. Hidrografía de la zona. Israel – Líbano – Jordania – Siria.
  2. Acuíferos en la zona
  3. Israel/Palestina
  4. Conflictos con Jordania
  5. Conflictos con Siria
  6. Conflictos con Líbano
  7. Mar de Galilea
  8. Conclusiones
  9. 9.- Dos platos de la balanza hídrica: Israel con buen aprovechamiento, caudales completos y gestión correcta. Gendarme político y militar de la zona. Otro platillo: Palestina/Jordania/Siria/Líbano. Poder político inestable, débil y fallido. Poder económico escaso. Gestión ineficaz del agua. Escasez de ella, incluso la potable.
  10. Con esos dos platillos tan opuestos, el conflicto está garantizado.

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