Otra novela, pero de un registro totalmente distinto. Es el resultado de mi incursión por el género de la novela histórica. En el 123 adC, Quinto Cecilio Metelo, a partir de entonces sería llamado “El Baleárico”, al frente de una legión conquistó las Gymnesias y, entre ellas, la Meloussa fenicia o Minórica romana. La isla, vivero de honderos letales para los legionarios romanos en las guerras púnicas, sobre todo en la que Hanníbal fue “terror romanorum”, es el último de los enclaves mediterráneos necesarios para que el mar se convierta en un lago romano. Las pasiones, un amor compartido, la defensa rabiosa de la isla y dos hombres, dos adolescentes y una mujer compiten en ese marco y contexto histórico.